La conjunción Luna-Saturno en la carta natal: Lorca, Rilke, Herman Hesse y Bob Dylan, una mirada a la poesía y la literatura desde la astrología arquetipal (parte I)
"Hay almas a las que uno tiene ganas de asomarse, como a una ventana llena de sol"
Federico García Lorca
La luna le ha comprado
pinturas a la Muerte.
En esta noche turbia
¡está la luna loca!
F. G. Lorca
F. G. Lorca |
Lorca presentaba en su carta una casi conjunción (no lo es por muy pocos grados) entre la Luna y Saturno (que si estaba en conjunción con Urano) en la casa 10 (Sagitario). En su caso la Luna y Saturno compartían además una doble aspecto: una oposición con el Sol y Neptuno en casa 4 y Plutón en casa 3, con Geminis en ambas casas. Y para colmo tenía una conjunción de ese Neptuno en 4 con Lilith, Luna Negra. La conjunción Luna Blanca-Neptuno también es muy de poetas y escritores (Antonio Machado y Edgar Allan Poe, por poner dos ejemplos). En este caso Lorca tenía la Blanca casi opuesta a la Negra que estaba en conjunción con Neptuno que si estaba en oposición. Aunque la Luna de Lorca también tenía aspectos positivos con Marte y Mercurio. Y Venus solitario en casa 5 (Cáncer) sin aspectos. Estos aspectos tan duros de Luna y Saturno marcaron en mi opinión el destino del poeta. Según el astrólogo Segundo Ruiz la conjunción Luna-Saturno provee un sentimiento del deber y la disciplina, pero a la vez un carácter reservado, temeroso e inseguro. Predispone al nativo para tener experiencias emocionales dolorosas, cuando se consiguen vencer las propias resistencias emocionales. Asaltados por depresiones y melancolía pueden verse adultos a edades tempranas. Anhelan el amor del hogar, maternal y protector pero se desengañan al no obtenerlo a la altura de sus expectativas. Lorca era un hombre de mirada viva y alegre, y a la vez con ese mundo interno tan atormentado.
La casa 9 y 10 de Lorca |
La luna tiene dientes de marfil.
¡Qué vieja y triste asoma!
Más cerca de la guadaña de Saturno que de los brazos amorosos de la Luna en Cáncer. La madre devoradora de la que habla Marie Louise Von Franz en su espléndido El Puer Aeternus asoma en la poesía de Lorca. «Mi infancia es aprender letras y música con mi madre, a ello le debo todo lo que soy y seré», dejó escrito Lorca. Lo importante no es si su madre fue alguien excepcionalmente cariñosa y protectora con su hijo, sino como la percibió Federico, como sintió esa relación. La madre es la misma y muchas veces cada hijo la percibe distinta, en parte por razones de cronología y momento vital de los miembros de la familia, pero en parte por como cada uno vive la realidad externa en función de unos parámetros internos. Y ese abrazo fue profundo, kármico y dharmico a mi parecer. Pues Lorca encontró en la poesía su vida y su muerte, y su renacimiento. Mi abuelo lo conoció en su visita a Cataluña con Margarita Xirgú y habló de él con Antonina Rodrigo, biógrafa del poeta. Y mi abuela que apenas hablaba el castellano se sabía sus poesías sobre la luna de memoria. Lorca no puede morir, porque su recuerdo sigue vivo.
Federico y Vicenta Lorca |
Carta de Rilke (4 de diciembre de 1875) |
Otra carta con una inquietante presencia de la Luna y Saturno es la de Rainer Maria Rilke, un poeta con una obra terapéutica como la copa de un pino. La carta natal de Rilke es de hecho un festín para un astrólogo experto. Su mandala vital es algo tan complejo que, quién escribe estas líneas, no se considera preparado para leerlo globalmente. Echemos un vistazo aun pedazo de la carta de este joven poeta austrohúngaro (aunque nacido en Praga que es actualmente suelo checo) que nació un 4 de diciembre (aunque he encontrado cartas con fecha del día 3). Como no podemos saber cual está en lo cierto (y un solo día basta para cambiar una conjunción de luna) he adjuntado al del día 4 que es en la que la Luna está más lejos de Saturno en Acuario. Así podemos ver que (en el peor de los casos) la Luna estaría en conjunción con Marte y no con Saturno, aunque como digo en las cartas del día 3 la conjunción con Saturno es casi del mismo orbe. Que a Rilke su madre lo vistiera de niña, algo que ahora no tendría un efecto similar pues eran otros tiempos, ya que la pareja había perdido una niña con anterioridad y el pequeño Rilke la debía de substituir emocionalmente ya nos da una idea de la huella profunda que esa relación dejaría en el joven poeta. Que sus matrimonios o parejas fracasaran o que fuera un padre ausente no debe sorprendernos. Rainer tiene una carta muy compleja, que necesita de un estudio profundo, paralelo a su biografía y obra. Para conocer un poco su obra
recomiendo la obra de Antoni Pascual Piqué, un gran escritor y biógrafo de poetas que tiene un libro magnífico Rilke o la transformación de la conciencia.
Veamos uno de sus poemas:
Quizás los dragones que amenazan nuestra vida no sean sino princesas anhelantes
que sólo aguardan un indicio
de nuestra apostura y valentía.
Quizás en lo más hondo
lo que más terrible nos parece
sólo ansía nuestro amor
Rainer María Rilke
Rilke, una infancia marcada |
Rilke, un poeta maestro |
Solo aquel cuya radiante lira haya tañido en la sombra podrá seguir mirando hacia adelante
Y recobrar su infinita alabanza
Solo quien haya comido amapolas con los muertos descubrirá para siempre sus acordes mas armónicos
No obstante, la imagen en el estanque
Suele desvanecerse, conoce y permanece en paz
En el seno del mundo dual
Todos los sonidos terminan entremezclándose eternamente
Rainer Maria Rilke
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