“M’exaltaré damunt els horitzons” (Me exaltaré por encima de los horizontes)
“I només jo, assegut damunt el cim, /intel.ligència als ulls damunt les coses”
(Y solo yo, sentado en la cima, /inteligencia en los ojos encima de las cosas)
B. Roselló-Pòrcel
Bartomeu Rosselló-Pòrcel |
El 3 de agosto de 1913, bajo el signo de Leo (el signo de fuego por excelencia) nació el poeta mallorquín Bartomeu Rosselló-Pòrcel. Promesa de las letras catalanas y símbolo de una generación perdida, pues murió de tuberculosis el 5 de enero de 1938 en El Brull, Osona, donde se trataba de recuperar de la enfermedad que se lo llevaría prematuramente. A pesar de que su obra fue corta la estela de su poesía todavía perdura. En parte por su amistad con Salvador Espriu, uno de los grandes referentes de la literatura catalana. El fuego es el gran elemento alquímico de la obra porceliana. Y el fuego tiñe su carta natal, pues nació con una conjunción de Mercurio (planeta asociado al conocimiento y la inteligencia, Hermes, el mensajero de los Dioses) y el Sol (la expresión más pura del alma, la chispa divina), que está en domicilio en el signo de Leo. Ambos aspectos (la inteligencia asociada al fuego y la exaltación por encima del horizonte) encajan en los fragmentos poéticos de Rosselló-Pòrcel. Aunque hay que señalar que este conjunción estab en oposición a Urano, lo cual puede indicar una personalidad tortuosa, excéntrica o un genio mal dirigido. Algo que Espriu parece entrever cuando dice de Pòrcel:
“[…] i cremes […] en la flama imitada del teu cervell”
"[...] y quemas [...] en la llama imitada de tu cerebro"
De la carta natal de Bartomeu hay que destacar una poderosa conjunción de Venus y Plutón, fusión del astro del amor y del planeta de la muerte y el Inframundo, que entonces aún estaba por descubrir. Esta conjunción es, según el certero astrólogo Segundo Ruiz, una combinación que predispone un intenso erotismo, magnetismo personal, a grandes obsesiones sentimentales, que pueden ocasionar celos, juegos de poder, e incluso llevar a la muerte por amor . Espriu recuerda que le gustaban las mujeres bonitas. También fascinó a otro poeta de su época, el igualadino Joan Llacuna. Hay que destacar su poblada casa de Géminis, propia de escritores ya que es un signo de comunicación por excelencia regida por Mercurio. La conjunción de Lilith, la Luna Negra con Quirón en Piscis, propia de la generación de esos años, nos induce un punto algo fatalista al estar en cuadratura con Saturno en el signo de Géminis. Como dijo Salvador Espriu, que tenía la misma, al referirse a la Guerra (In)Civil Española:
"al iniciarse la guerra civil, yo me sentía republicano y partidario del concepto de una España federal. Por tanto, no deseaba entonces, ni deseo ahora, el enfrentamiento sino la concordia. Sufrí mucho, espiritualmente, porque sufrí por ambos bandos."
Fuente: Salvador Espriu, La pell de brau, Madrid, Cuadernos para el diálogo, 1968, p. 174.
Ese sufrimiento aparentemente abstracto se concreta en la separación, por culpa de sus diferencias políticas, entre Espriu y Rosselló-Pórcel. Dirá Espriu comentando Las horas de Josep Pla: "Rosselló era de la llamarada y yo no. Él quería que ganara un bando para hacer limpieza. Yo era partidario de una reconciliación. " Y también:" Rosselló era muy comunista, y yo no lo soy nada. Si ahora estuviera vivo y nos viéramos ni nos hablaríamos.". Y en el mismo libro, y quizá en un tono más general Espriu se lamenta: "Hicimos envenenar la [vida] de los que más queríamos."
Sinastria de B. Rosselló-Pòrcel y Salvador Espriu |
La sinastria (combinación de cartas natales) con Salvador Espriu es bastante explicativa de la buena relación que ambos construyeron brevemente y que el destino no permitió continuar, pues la enfermedad, la guerra y la muerte (tres de los cuatro jinetes del Apocalipsis) los separaron. De entrada es una relación entre personas nacidas en la misma época del año, verano de 1913, un año antes de la I Guerra Mundial. Pero esta proximidad natalicia no implica siempre que dos cartas deban ser armónicas pues tienen ascendentes diferentes muy probablemente y si bien es evidente que los lentos planetas transpersonales (Urano, Plutón, Neptuno) e incluso los sociales (Júpiter y Saturno), que tampoco varian mucho en un mes de movimiento forman aspectos con elementos que si cambian de posición más rápidamente: Sol, Luna, Mercurio, Venus y Marte. Además que cada persona puede expresar de forma diferente cada uno de los planetas o optar por algunas de sus subpersonalidades desechando otras que esten presentes en la misma carta. Y en esos aspectos personales se ve que la sinastría es maravillosamente complementaria. Abundan los trígonos, aspectos positivos de 90º, semisextiles, las conjunciones (en especial la de Marte -Bartomeu- y Venus -Espriu- con una diferencia de un grado, planetas que reflejan siempre un grado de afecto amoroso, sea carnal o no, entre dos personas cuando se encuentran en conjunción). Además Plutón, el gran transformador aspecta a Venus y Marte, por lo que está claro que hay una gran capacidad de alumbrar algo nuevo a través de esa relación. En cualquier manual de sinastría se nos enseña que esta conjunción es muy relevante a la hora de leer una sianstria, pues tradicionalmente se asocia al amor, además ambos planetas estaban en trígono con Urano, lo cual aporta chispa, novedad, fascinación, tensión eléctrica, pero no estabilidad en una relación, sea de pareja, amistad o profesional. A este respecto hay autores como Galves que han defendido una posible atracción entre ambos, dada la soltería eterna de Espriu, y otros, en cambio, como Pons, un reciente biógrafo de Espriu, que asegura que: "Descarto totalmente la relación homosexual de Espriu y Rosselló-Pòrcel porque no tuvieron tiempo, primero debían haber asumido su homosexualidad y después practicarla, y en esa época eran cuestiones difíciles." Aunque reconoce que: "la admiración mutua era muy grande". Una tesis que es más que plausible y que recordaría a la pareja Lorca y Dalí. Los que estudian este tema en la literatura catalana ya tienen ahora un punto de vista nuevo para comprender la relación entre Espriu y Rosselló-Pòrcel, que a la vista parece muy armónica (Venus, Marte, Sol, Júpiter, probablemente la Luna); contingente y transformadora (Venus y Plutón, lo que yo llamo amor plutónico) aunque difícil respecto al Karma y Destino (Saturno, Luna Negra, Quirón y el Nodo Lunar, con sus respectivas cuadraturas).
Detalle de las conjunciones y aspectos, especialemente Marte y Venus en Géminis |
Polémicas aparte, en general pues la sinastría es muy buena. Y que la única cuadratura procede de la conjunción Plutón-Venus, antes reseñada, y de ese Saturno que compartían y que se relacionaba pésimamente con esa conjunción Quirón, Luna Negra en Piscis. Así pues esa relación ambivalente, entre el amor y el odio que antes hemos apuntado a partir de fragmentos de Espriu, que es el único que vivió y puede dar su versión de la relación parece que aumentó con el tiempo pues el recuerdo es tan traicionero como el tiempo. Hay que señalar que al desconocer la hora exacta de nacimiento (se ha usado en ambos las 12 horas como referencia) no permite conocer una distribución de casas, ni el ascendente y las lunas podrian ofrecer aspectos distintos que podrían matizar, y bastante la sinastría de las cartas. Aún así el Sol de Espriu está en trígono con ese aspecto pisciano, en ambos hay una inquietud mística y una fascinación por la muerte que quizás era un ejercicio de exorzicación de esa inquietante presencia, ese fatalismo profético, de Pòrcel en su poema Ronda amb fantasmes (Ronda con fantasmas):
Manuscrito de En la meva mort (En mi muerte) |
“Viuré l’hora impura de les aspres angúnies mudes, amb la por de morir tot sol en el carrer.”
"Viviré la hora impura de las ásperas angustias mudas, con el miedo de morir solo en la calle."
La obra de Espriu, que contiene según los estudiosos, elementos de la cábala judía, lo cual lo liga con toda la tradición occidental universal, explica la fascinación que pudo ejercer un poema como Imitació del foc (Imitación del fuego), poema que Porcel le dedicó, en alguien como él en su juventud. Pòrcel se revela como un autor elegido para llevar un mensaje. Y sumado a la sombra profética de una muerte que le acechaba, tal y como aparece en su poema En la meva mort (En mi muerte) que contiene versos de una belleza difícil de explicar, però muy propios de Piscis: el miedo a la disolución del Ego en el Todo.
Hay otro poema de Rosselló-Pòrcel que capta ese dinamismo entre el optimismo y el vigor leonino y el pesimismo de Piscis, esa dinámica tan heraclitiana del fuego que lucha por no extinguirse, siempre vivaz, siempre al borde de desfallecer, pero eterno como el mismo mundo. Ese intento de Union Mística, de trabajo alquímico, de síntesis entre contrarios, en la lucha por integrar al Todo fluye del río de Heráclito y la eternidad del Ser plasmada en el lenguaje, como instrumento divino puede captarse en este magnífico fragmento de El captiu (El cautivo):
Per mi t’atansaràs Por mi te acercarás
al riu encès que passa, al río encendido que pasa
a la llum que defineix les coses a la luz que define las cosas
que han estat donades als noms, que han sido dadas a los nombres
Segun Roberto Mosquera: "El fuego es en Rosselló la máxima expresión de la pureza, el dinamismo y la ascensión. Es el contraste a la oscuridad, la caída y la muerte. ". Veamos el final del poema A Mallorca durant la Guerra Civil dentro de la tercera parte (Rosa Secreta) de Imitació del foc (Imitación del fuego):
Tota la meva vida es lliga a tu,
com en la nit les flames a la fosca.
(Toda mi vida se liga a tí,
como en la noche las llamas a la oscuridad)
Como vemos el fuego es omnipresente en la breve obra porceliana. Es evidente que Pòrcel era portador de una verdad trascendente y que estaba "tocado" por el fuego del espíritu. Y que él era consciente de ese destino. Como ejemplo este fragmento de El captiu (El cautivo) directamente traducido:
Alba sin ángeles, sin pájaros,
alba de cristales y de voces,
horno apagado,
entre los muros de los sueño y la vía
de la batalla temblorosa.
Yo soy el héroe de esta verdad
y me enderezaba, increado, puro,
para cantar mi himno ...
Salvador Espriu tubo veleidades por la Egiptología en su juventud y vio su ambición frustrada por la guerra. Embelesado por Egipto, la gran civilización del Sol, Salvador no podía dejar de percibir esa energía ígnea de Pòrcel a pesar de la pobre descripción que hace de su amigo Bartomeu ya casi en los años cincuenta, cuando el tiempo ya había pasado y la gris ceniza de la posguerra lo había cubierto todo, incluso el recuerdo de aquellos sueños de juventud:
"(Pòrcel) Era de constitución física frágil, nervioso por herencia materna, de boca grande y con facilidad risueña, el cráneo grande, de estatura media, rosado y de ojos azulados. Llevaba gafas, que "ayudaban" su tipo de intelectual. "
"De las cualidades del mármol, desde un rostro de vencido rebelde, no devolverá a ninguna oreja una voz viva, no se enderezará la carne contra el olvido. Veo un hombre joven y nervioso, muy noble, bueno y suficientemente inteligente para parecer sencillo."
O más adelante en una chanza respecto a su origen, en una charla de homenaje el 6 de diciembre de 1984, donde Espriu parece más severo, incluso despectivo, dada la gran desigualdad social entre ambos, pues él era hijo de un notario y de família conservadora:
Hijo de don Vicente, un pobre merchante (creo) de exiguas mercancías, y de la señora Francesca, una "mujer de su casa" (de la que el chico estaba muy emmarado), y discípulo predilecto de Gabriel Alomar.
Aunque era difícil que Espriu reconociera entonces a ese amigo de juventud más virtudes pues todo se había desdibujado con el tiempo y esa incierta gloria de un día de abril era ya muy lejana. Espriu era hombre de cementerios y quizás no estaba para recordar con nostalgia lo que el viento se llevó. Quizás era más fácil fingir que ya no le importaba tanto.
O más adelante en una chanza respecto a su origen, en una charla de homenaje el 6 de diciembre de 1984, donde Espriu parece más severo, incluso despectivo, dada la gran desigualdad social entre ambos, pues él era hijo de un notario y de família conservadora:
Hijo de don Vicente, un pobre merchante (creo) de exiguas mercancías, y de la señora Francesca, una "mujer de su casa" (de la que el chico estaba muy emmarado), y discípulo predilecto de Gabriel Alomar.
Aunque era difícil que Espriu reconociera entonces a ese amigo de juventud más virtudes pues todo se había desdibujado con el tiempo y esa incierta gloria de un día de abril era ya muy lejana. Espriu era hombre de cementerios y quizás no estaba para recordar con nostalgia lo que el viento se llevó. Quizás era más fácil fingir que ya no le importaba tanto.
Expedición universitaria de 1933 a Egipto |
En 1933 ambos habían participado, en plena primavera republicana, en el conocido crucero por el Mediterráneo junto a destacados miembros de la intelectualidad madrileña y barcelonesa. Egipto fue sin duda un momento especial en sus vidas, pues todo viajero guarda un recuerdo imborrable de ese paisaje tan lleno de historia. Los hijos del sol volvían a casa. Volviendo al análisis más astrológico, podemos decir que tener en una carta natal el Sol en Leo en conjunción a Mercurio es algo que ya imprime mucho carácter de fuego al nativo. Si le añadimos la más que probable Luna en Leo, que en función de la hora de nacimiento de Pòrcel, que desconozco, podria estar muy probablemente en conjunción al Sol y Mercurio formando un Stellium (conjunción de tres o más planetas) que de por si ya justificarían un poema como Imitació del foc (Imitación del fuego). Un fuego tan lleno de imágenes místicas y donde resuena la tradición luliana, con quién compartían orígenes mallorquines.
También es evidente que en marzo de 1936, en plena oposición de Saturno (el viejo orden, la restricción, la vejez y la muerte) estaba en oposición a Neptuno (planeta del misticismo, las utopías, el autoengaño, la compasión universal) coincidía con la cuadratura de Urano sobre Urano natal y el tránsito del Nodo Lunar del destino sobre Júpiter en su carta natal. Y es entonces cuando Porcel escribe En la meva mort (En mi muerte), publicado posteriormente dentro de Imitació del foc (Imitación del fuego):
“Inútil desesper del vespre! L’alba s’acosta ja amb l’espasa, i l’ardor temerari que m’encén allunya les estrelles.”
"Inútil desespero de la noche! El amanecer se acerca ya con la espada, y el ardor temerario que me enciende aleja las estrellas. "
Dos años más tarde Espriu que conocía los temores de su amigo responde preguntado por Marià Manent acerca de la muerte de Rosselló-Pòrcel en enero 1938, cumpliéndose el fatal augurio realizado por el propio poeta años antes. Como sucede con Antonio Machado y su poesia, su creación artística prefiguró su destino, en una danza sincrónica difícil de explicar desde la casualidad o la causalidad:
“Morí a l’endemà, a mitja tarda, sol, sense coneixement.”
"Murió al día siguiente, a media tarde, solo, sin conocimiento."
CODA
Cuando a medianoche se escuche
pasar una invisible comparsa
con música maravillosa y grandes voces,
tu suerte que declina, tus obras fracasadas
no llores vanamente.
Como hombre preparado desde tiempo atrás,
como un valiente
di tu adiós a Alejandría, que se aleja.
No te engañes no digas que fue un sueño
No aceptes tan vanas esperanzas.
Como hombre preparado desde tiempo atrás,
como un valiente
como corresponde a quien de tal ciudad fue digno
acércate con paso firme a la ventana,
y escucha con emoción -no con lamentos
ni ruegos de débiles- como último placer,
los sones, los maravillosos instrumentos de la
comparsa misteriosa
y di tu adiós a esa Alejandría
que pierdes para siempre.
CAVAFIS, El dios abandona a Antonio
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