"Desde la oscuridad de mi vida, tan frustrada, pongo delante de ti lo que hay en la tierra digno de ser amado: el Bendito Sacramento .... En él hallarás el romance, la gloria, el honor, la fidelidad y el verdadero camino a todo lo que ames en la tierra, y más todavía: la Muerte; mediante la divina paradoja, esa que pone fin a la vida y exige el abandono de todo y, sin embargo, mediante el gusto (o el pregusto) de aquello por lo que sólo puede mantenerse lo que se busca en las relaciones terrenas (amor, fidelidad, alegría) o captar la naturaleza de la realidad, de la eterna resistencia que desea el corazón de todos los hombres."
Carta de J.R.R. Tolkien a su hijo Michael Tolkien, 6-8 de marzo de 1941
"Moria... Temes entrar en esas minas. Los enanos cavaron con gran ambición y muy profundo. Ya sabes lo que despertaron en la oscuridad de Khazad-dum. La sombra y la llama."
Saruman, La Compañia del Anillo (film)
Batalla en el puente de Khazad Dum Gandalf enfrenta al Balrog de Moria |
Parece evidente que la referencia de Moria, que en latín significa Locura (recuerdese el clásico Morias Enkomion=Elogio de la locura, de Erasmo de Rotherdam). Recordemos que Locura era hija de Plutón, señor del Inframundo. Plutón era el Dios griego de las riquezas porque estas se ocultaban bajo tierra. Hay que suponer que Tolkien conocía la mitología griega y probablemente la obra del humanista Erasmo. No hay más que recordar la avarícia de los Enanos de Khazad Dum (Moria) que en su empeño por cavar cada vez más profundo despertaron al Balrog, un gigante demonio de tiempos antiguos envuelto en llamas, y que puede servir como un arquetipo de lo plutoniano, o de la Sombra. En su combate con Gandalf el Gris este se sacrifica para que sus amigos puedan escapar de las minas en una secuencia antológica. Gandalf combate con el Balrog, una voluntad de poder en estado puro, y tras su muerte el mago regresa como Gandalf el Blanco, ya puro pues del gris ha enfrentado a lo Oscuro y ya ha integrado esa parte de la Sombra y ha accedido a un estado más poderoso. La Albedo que sigue a la Nigredo en la transmutacion alquímica. Las espadas aquí no sirven. El arquetipo del Viejo Sabio contra la fuerza más primaria. Superego contra Ello. La sabiduría socrática contra el deseo y la voluntad de poder nietzscehana. ¡No pasarás!
Tolkien en 1916 |
Cuando J.R.R. Tolkien empezó a escribir las historias que servirían de base para El Señor de los Anillos el planeta Plutón no se había descubierto. Aunque sus terribles efectos si que habían afectado la vida de este profesor que como escritor cambió la historia de la literatura. Recordemos la conjunción de Saturno y Plutón en 1914 que coincide con la Primera Guerra Mundial, un acontecimiento que destruyó la vida de millones de personas. Tolkien gestó en esos aciagos días muchas de sus futuras páginas pues la guerra causó en el y toda su generación un gran impacto, no solo material sino espiritual. El mundo cambió más en la Primera Guerra Mundial (la famosa War to end all wars de la que hablaba el escritor H.G. Wells) que en la Segunda. La caballería perdió su importancia tradicional en la batalla, algo que Tolkien refleja en sus escritos, el miedo a la industrialización y el elogio de la naturaleza, de lo sencillo ante lo complicado del poder y sus adictos secuaces. Tolkien era un hombre católico y esa religiosidad dualista marca toda su obra, aunque recubierto de un fondo pagano que bebía de fuentes celtas y mitologías nórdicas. Esa unión de los opuestos, coincidentia oppositorum (tan propia de la Alquimia transpersonal) como el heroísmo pagano (pues después de Nietzsche y Wagner la santurrería cristiana ya no vendía) y los valores cristianos le dio la llave de millones de lectores que ante el existencialismo y el materialismo dominante de los años 50 y 60 se lanzaron de nuevo al camino del inconsciente colectivo. Tolkien escribía por sus amigos muertos en las trincheras de Francia y Bélgica, por sus amores hacía lo que consideraba bueno, bello y verdadero, frente a la barbarie totalitaria que a izquierda y derecha crecía como una Sombra desde el inconsciente.
Carl Jung decía que podía comprender la nazificación a partir de los sueños de los pacientes. Quizás Tolkien intuyó el regreso de la Sombra con su literatura que, por mucho que quisiera también proyectaba la suya, pues hay un cierto maniqueísmo en su visión del bien y del mal y su presunto imperialismo, aunque en Gollum eso quede en un conjunto de ricos y freudianos matices. Tolkien escribió sobre el Poder, y ese es el ambito de Plutón. Y ya Platón, perdonen por el juego de palabras, escribió en base a Heródoto una fabaula sobre un anillo de poder del pastor Giges. O sea que el tema viene de antiguo. Tolkien conocía la tradición y se inscribió en ella en letras de oro.
Cartal astral de Tolkien: Plutón en conjunción a Neptuno en la casa 9,junto al Medio Cielo. y en trino a Venus en Acuario |
Tolkien nació el 3 de enero de 1892 a las 10.00 PM en Bloemfontain (Sudáfrica). Su carta astral nos muestra un ascendente Virgo, asociado al perfeccionismo, el orden y la razón. Esos valores eran propios de su formación con lo que no pueden achacarse a ese ascendente, pero si decir que encajó en ellos de forma natural. Ya que iban acordes con su naturaleza, aunque no exempta de ciertas tensiones, como puede desprenderse de sus cartas con su hijo (ver enlace). Galadriel encaja bien con el arquetipo de lo Virginiano. Y su ideal de la mujer, alejada del tenebroso Escorpio, donde el tenía a Marte y Urano, planetas de alta tensión sexual y nerviosa, nos permiten comprender ese fragmento en que Galadriel renuncia al Anillo de Poder bajo la amenaza de convertirse en una mujer poderosa y seductora que esclavice a todos para siempre Galadriel y partir hacía el Oeste. Gran parte de la obra de Tolkien es una reflexión sobre la renuncia al poder y al deseo como camino al amor y el bien verdaderos.
Algo que encaja con la narrativa artúrica y con Wagner. Boromir, Denethor, Saruman...son arquetipos Debemos tener en cuenta que en la carta de Tolkien el planeta Plutón, que recordemos es transpersonal y por lo tanto encaja con toda una generación en sus posiciones, pero que en la suya tiene contacto con las siguientes Luminarias o Planetas: Neptuno, Ascendente, Venus, Luna, Medio Cielo, Saturno, Sol, Urano y Júpiter. Sí, Tolkien era un Plutoniano. Eugenio Carutti define al plutoniano: sacrifica otras cosas de su vida. Casi siempre es su vida afectiva y su sensibilidad. De hecho, concentra tanta energía en un objetivo que siempre lo logra… a un costo enorme. Como un vampiro, extrae energía de otros sin darse cuenta que la tiene que devolver. A su alrededor, pululan los lánguidos. Recordemos la culpa que sentía por haber sobrevivido a las trincheras de la guerra, donde muchos de sus amigos perecieron y de que él tenía la sensación que debía escribir y dar sentido a su vida por ellos y su sacrificio, algo que encaja muy bien con el destino de los Hobbits, arrastrados de su plácida comarca (Tauro) a ese Mordor tenebroso y asociado con el Inframundo llevados por el Barquero Gollum ante Plutón.
del hombre corrompido o destruido por su afan de poder y/o de saber. Los hobbits, que encajan con el arquetipo hedonista de Tauro, signo que ocupaba la casa 9 de Tolkien, con su vida sencilla, sus caminatas por el campo y su tabaco de pipa que se fuma lentamente representan el opuesto al poder, el deseo y la pulsión propios de Escorpio. Uno de los puntos fuertes de la trama es ese. Hasta que punto Tauro (el disfrute lento y constante de los placeres) asociado al hedonismo sano y al bien común, tan bien representado filosóficamente por otro famoso Tauro (el utilitarista inglés John Stuart Mill), eran compatibles con el belicoso Marte y profundo Plutón, los regentes de Escorpio. Los arquetipos de la Luna de Tolkien, en frontera cósmica entre Acuario (Los Ecologistas) y Piscis (La médium), encajan bien con su obra, todo un homenaje a la naturaleza y a las fuerzas sobrenaturales. No en vano al final Los Ejércitos de los Muertos permiten al bien ganar la decisiva Batalla de los Campos de Pelennor. Eugenio Carutti define a Escorpio como es el signo que nos habla de la transferencia de energía de una forma a otra, y el entendimiento de que una forma que cede energía muere para dársela a otra. Un concepto básico para comprender a Tolkien es el de Eucatastrofe: de lo que parece perdido puede surgir la victoria, del mal puede surgir el bien. Algo que encaja muy bien con la psicología de Carl Gustav Jung y su idea de la redención del héroe Sigfrido en Wagner (Boromir, Denethor, Gollum...). Los contactos en trino de Venus y Plutón también nos indican mucho acerca de sus turbulencias espirituales.
Galadriel y su Sombra |
del hombre corrompido o destruido por su afan de poder y/o de saber. Los hobbits, que encajan con el arquetipo hedonista de Tauro, signo que ocupaba la casa 9 de Tolkien, con su vida sencilla, sus caminatas por el campo y su tabaco de pipa que se fuma lentamente representan el opuesto al poder, el deseo y la pulsión propios de Escorpio. Uno de los puntos fuertes de la trama es ese. Hasta que punto Tauro (el disfrute lento y constante de los placeres) asociado al hedonismo sano y al bien común, tan bien representado filosóficamente por otro famoso Tauro (el utilitarista inglés John Stuart Mill), eran compatibles con el belicoso Marte y profundo Plutón, los regentes de Escorpio. Los arquetipos de la Luna de Tolkien, en frontera cósmica entre Acuario (Los Ecologistas) y Piscis (La médium), encajan bien con su obra, todo un homenaje a la naturaleza y a las fuerzas sobrenaturales. No en vano al final Los Ejércitos de los Muertos permiten al bien ganar la decisiva Batalla de los Campos de Pelennor. Eugenio Carutti define a Escorpio como es el signo que nos habla de la transferencia de energía de una forma a otra, y el entendimiento de que una forma que cede energía muere para dársela a otra. Un concepto básico para comprender a Tolkien es el de Eucatastrofe: de lo que parece perdido puede surgir la victoria, del mal puede surgir el bien. Algo que encaja muy bien con la psicología de Carl Gustav Jung y su idea de la redención del héroe Sigfrido en Wagner (Boromir, Denethor, Gollum...). Los contactos en trino de Venus y Plutón también nos indican mucho acerca de sus turbulencias espirituales.
Tumba de Edith Mary Tolkien y J.R.R. Tolkien |
El cine, los comics y la literatura siempre nos han entregado historias con las cuales podemos aprender astrología: Drácula, El Fantasma de la Opera, Fausto, El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, Superman, el Increíble Hulk, son algunos relatos que nos muestran la fascinación, el terror y el potencial que tiene lo plutoniano para nosotros, meros mortales. Recordemos aquí el personaje de Thuringwethil, el mensajero de Sauron en la Primera Edad. Se cuenta en El Silmarillion que volaba a Angband, la gran fortaleza de Morgoth, para llevar las noticias de su señor, con la forma de un terrible vampiro, y sus horripilantes dedos sostenían grandes alas membranosas que terminaban en una garra de hierro. Lúthien asumió el aspecto del horripilante vampiro mientras Beren asumió la forma de Draugluin, para poder entrar en Angband e intentar recuperar uno de los Silmarils de la Corona de Hierro de Morgoth. Recordemos que Beren y Luthien son los nombres escritos al lado de Tolkien y su esposa en su tumba de Oxford.
Tolkien empezó, según dicen los expertos, empezó a escribirlo tras la publicación de El Hobbit en 1937, un cuento infantil que había escrito orginalmente para sus hijos. La redacción fue lenta. Y tubo momentos de pausa en parte por el perfeccionismo de Tolkien, algo que como vemos encaja con su ascendente. Recordemos que George R.R. Martin también es Virgo y J. K. Rowling también tiene, entre otros planetas, la Luna y Venus en Virgo. Parece que en 1940 la redacción estaba detenida con la Compañia en la Tumba de Durín en Moria. En ese momento la Segunda Guerra Mundial estaba en su inicio y en ese contexto el escritor C. S. Lewis ambienta su gran obra Las Crónicas de Narnia.
Plutón fue descubierto un 18 de febrero de 1930. En plena época del psicoanálisis, el ascenso totalitario de las Entreguerras, los grandes avances en ciencias físicas y la extensión de los medios de comunicación. Plutón vino paralelo al descubrimiento del infierno del inconsciente que puso patas abajo todo el concepto de razón ilustrada. A medida que se expandía la comprensión del Sistema Solar se expandía también el conocimiento de la Psique. Hubo una cuadratura entre Saturno y Plutón, que estaba en Leo, en 1940, en plena Segunda Guerra Mundial, una fecha que volveremos a reencontrar en este texto. Hubo alguna más en el siglo XX, pues tienen un ciclo de 36 años, pero la siguiente conjunción de estos astros se producirá en 2020, contando además con Júpiter, quien puede expandir el efecto de ambos o darles un matiz más afortunado que en 1914. En todo caso parece que se plantará la semilla de cambios en el poder y las estructuras sociales (pues ambos tienen a ver con la riqueza y los gobiernos, las leyes y los cambios bruscos y metamorfosis a veces dolorosas) que se desarrollarán en las siguientes etapas (cuadraturas, sextiles, trinos, etc.) del ciclo. Cabe además tener en cuenta planetas como Urano que estaran en Tauro o Neptuno que sigue su periplo por Piscis.
Hubo incluso un concurso para bautizar nombres de los cráteres y montañas de Plutón y Caronte (su satelite) y el nombre de Balrog sonaba para ellos. La justícia poética no tiene fin.
Hubo incluso un concurso para bautizar nombres de los cráteres y montañas de Plutón y Caronte (su satelite) y el nombre de Balrog sonaba para ellos. La justícia poética no tiene fin.