divendres, 24 de novembre del 2017

René Descartes e Isabel de Bohemia: sinastría de un amor platónico e intelectual

René Descartes e Isabel de Bohemia: sinastría astrológica de un amor platónico e intelectual

"Tan a gusto veo que os encontrais allí donde estais ahora, Alteza, que no me atrevo a anhelar vuestro regreso; y eso que me cuesta mucho no hacerlo, sobretodo en estos momentos que me encuentro en la Haia. [...] No me iré hasta pasados dos meses, a fin de poder recibir antes las órdenes de vuestra Alteza, que siempre tendrán más poder sobre mi que cualquier otra cosa del mundo"
René Descartes, marzo de 1647 

"Sin embargo, no puede pasar nada que me pueda impedir de preferir la ventura de vivir donde vos os encontrais, Alteza, si se presentaba la ocasión, a la de estarme en mi propia patria o en cualquier otro sitio"
René Descartes, 31 de enero de 1648



Isabel de Boehemia (1636)
La relación epistolar entre el filósofo francés René Descartes y la princesa Isabel de Bohemia. Nacida en Heidelberg un 26 de diciembre de 1618 fue una mujer inteligente y perspicaz a la que el filósofo le dedicó Les principies de philosophie además de algunas emotivas cartas. Su relación intelectual y personal fue muy estimulante para ambos, y es objeto de interpretación, tanto por la diferencia de rango social como por su condición de hombre y mujer, que ha hecho que algunos autores hayan visto en ella algún tipo de enamoramiento más allá de la simple amistad y admiración mutua.
   Descartes escribe sobre ella con sincera pluma un bello elogio al principio del libro antes mencionado:
Dispongo, además, de otra prueba particular, pues ninguna otra persona conocida por mí ha comprendido en general y tan adecuadamente cuanto hay en mis escritos; es más, algunas de las cuestiones tratadas son consideradas como muy oscuras por los espíritus más capacitados y más doctos. Además, me percato que casi todos lo que comprenden las cuestiones propias de la metafísica, y al contrario, quienes cultivan con facilidad éstas, no siguen con facilidad las propias de las matemáticas. Así pues, puedo decir que no he conocido a otra persona que siguiera con igual facilidad las unas y las otras y, por tal tazón estoy asistido de razón para estimar incomparable vuestra capacidad.

Como ha puesto de relieve la investigadora María Angélica Salmerón Jiménez ella supo poner sombra a la luz cartesiana y el la iluminó con su brillante pensamiento, que estaba extendiendose con rápidez a la par que su fama le llevaría a la corte de la reina Cristina de Suecia, donde encontraría la muerte el filósofo francés. 

La carta natal de Isabel (sin hora de nacimiento) es la siguiente:
  Su signo solar es Capricornio y el signo Lunar probablemente sea Aries. El cincuncio entre Mercurio conjunto al Sol y Saturno nos promete una seriedad y disciplina para el aprendizaje.
Se da el caso que Mercurio está en el signo regido por Saturno y Saturno está en Géminis, signo regido por Mercurio.  Además de estar Mercurio y el Sol en sextil con Júpiter lo cual propicia el acercamiento desde la mente (Mercurio) a lo Jupiterino (la filosofía asociada al regente de Sagitario). Es evidente que hay en ella elementos que nos permiten dar a pensar que la inclinación por el pensamiento estaba ya en ella desde el nacimiento. Que Quirón y Luna Negra esten en conjunción y en oposición a Saturno es algo que seria interesante analizar de forma independiente. 
Isabel de Bohemia nació en Heidelberg el 26 de diciembre de 1618 y murió el 8 de febrero de 1680. Fue hija de Federico V del Palatinado y de Isabel Estuardo, hija a su vez de Jaime I de Inglaterra. Las vicisitudes que esta familia real tuvo que sortear terminaron por conducirlos a perder el reino de Bohemia y a vivir exiliados en Holanda. Bajo tales circunstancias, la vida de Isabel no parecía fácil y menos aún glamorosa; de hecho, no podía serlo para una princesa sin reino ni fortuna y, por si esto fuese poco, marcada por la égida del protestantismo que profesaba. Eran tiempos difíciles, e Isabel los enfrentó de la mejor manera que pudo. No se casó, y como mujer soltera tuvo que depender de sus parientes hasta que finalmente se refugió en un convento de Herford, del que llegó a ser abadesa, condición ésta que finalmente le acercó un tanto al estilo de vida adecuado a una princesa.

Hija pues de reyes depuestos y exiliados, Isabel recibió una cuidadosa educación que corriendo el tiempo la convirtió en una mujer célebre por su erudición. Se sabe que estudió música, danza, arte, ciencias naturales, matemáticas y lenguas; hablaba inglés, alemán, francés, holandés e italiano y conocía el latín; también fue una estudiosa de la Grecia antigua, lo que le valió el mote de “La griega” entre los miembros de su familia.

El contacto entre ambos se mantuvo incluso tras la partida de Descartes a Estocolmo, donde residió el último año de su vida por invitación de la reina Cristina de Suecia (1649-1650). Se ha interpretado que el último libro publicado por Descartes, Les Passions de l'âme ("Tratado de las pasiones", 1649),fue el resultado de su esfuerzo científico y filosófico por sistematizar una respuesta plausible a las cuestiones planteadas por Isabel, a través de la interacción entre la res cogitans (alma o espíritu inmaterial, libre e indeterminado, sede del libre albedrío) y la res extensa (mundo material determinado por las leyes que al ciencia descubre) que para Descartes estaban unidos por la Glandula Pineal. Para los que quieran una crítica al cartesianismo lean El error de Descartes de Antonio Damasio. 

Sinastría de René Descartes e Isabel de Bohemia
La sinastría entre ambos presenta aspectos en general de color azul (facilitadores y por lo tanto harmónicos). Especialmente es significativa la relación entre ambas Lunas. Una en conjunción a Mercurio y la otra a Plutón, donde la Venus de Descartes está junto a Plutón de Isabel y eso nos da a pensar que hubo visas de amor plutónico que quizás se quedó en platónico, pero que engendró libros y bellas letras en ese proceso alquímico que conocemos como sublimación de la materia en espíritu. También hay aspectos de Venus y Marte que indican una fuerte atracción a primera vista y que por lo tanto la distancia física, además de la posición social, podemos decir que fue la que impidió (o no) una relación entre ambos, algo que algunos autores han insinuado (Descartes et la Princesse Elisabeth: roman d'amour vecu, Leon, Petit, Paris, 1969). Así pues cuesta no imaginar como de impactante fue para ambos, especialmente para René Descartes el encuentro con una mujer como Isabel de Bohemia.  Aunque como se puede ver en la Sinastría ambos Saturnos estaban en cuadratura y el de Descartes en oposición al Júpiter de Isabel. Saturno, la restricción, los límites, el Karma, el Guardian del Umbral, siempre es necesario en buen aspecto para las cosas duraderas. 




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