dissabte, 29 d’abril del 2017

Análisis de la Carta Natal de Joan I: un rey entre dos mundos (1350-1396)

Análisis de la Carta Natal de Joan I: un rey entre dos mundos (1350-1396)



Joan I (pintura de M. Monsalbe)
El 27 de diciembre de 1350 en el Palacio de los Reyes de Mallorca de Perpinyà, (en ese momento  una ciudad catalana dentro de la Corona de Aragón) nació el futuro rey de Aragón: Joan I. Era el día de San Juan Bautista con lo que podemos deducir que a la hora de recibir nombre pesó el de ponde al niño el del santo que estaba asignado al día de nacimiento. Eso parece algo extraño e infrecuente en la Casa Real de Barcelona, pues ese nombre, el de Joan, fue la primera y única vez que se puso a un rey. Por lo que deducimos que fue un acto asociado al santoral por el que los padres del niño, que eran Pere III el Ceremonioso y la temible Elionor de Sicília, escogieron ese nombre. Fue el azar pues quién eligió el nombre del niño.
     En 1351 su padre creó para el niño el título de Duque de Girona para dotar a Joan, su primogénito, de un título con el que, al estilo del Delfinato francés, se iniciara en las labores de gobierno. No podemos olvidar que su nacimiento fue una bendición para el reino, pues al ser un niño varón se solucionaron momentáneamente los episodios de revuelta de las Uniones Aragonesa y Valenciana provocadas por el conflicto sucesorio al querer imponer su padre Pere III a una niña, Constança, al trono aragonés, algo que contravenía las leyes del reino. Pere III el Cereminioso fue uno de los grandes organizadores de la corte medeival catalana y su conciencia de linaje fue tan elevada que creó un Panteón Real en el Monasterio de Poblet donde descansaran los reyes más importantes de la dinastia. 
Joan I ha pasado a  la historia como un rey tan amante de las letras como descuidado en los asuntos de gobierno, tareas que delegaba en su numerosa cúria, llena de personajes célebres como el humanista Bernat Metge, o su esposa, la intrigante y deliciosa princesa francesa Violant de Bar, una mujer de cuya fecha de nacimiento exacta no disponemos, y que sobrevivió a su marido y que dio mucho juego en el posterior Compromiso de Caspe (1410-12) que entronizó a la Dinastía Trastámara en el trono. 

Carta natal de Joan I (12:00 PM)
Joan I (conocido en catalán como "El Descurat" o "l'Aimador de la gentilesa") fue un rey cazador y músico, aficionado a las artes y la astrología. No disponemos de las cartas que Bartomeu de Tresbéns, el astrólogo oficial de su padre, parece que le encargo sobre sus hijos: Joan y Martí, que serían reyes de Aragón, los últimos del linaje barcelonés por vía masculina. Es una lástima no disponer de ellas porque seguro que tendríamos las horas de nacimiento, aunque fueran aproximadas y podríamos realizar sobre las cartas un análisis más minucioso, disponer de la distribución de casas y, lo más importante, del ascendente. 

La carta de Joan I nos indica que su signo solar es Capricornio. No parece que Saturno, amante de la disciplina, la creación de estructuras sólidas y duraderas, y también la rígidez y la austeridad sea un planeta que pueda asociarse al comportamiento de Joan I. Por lo que podríamos decir que no es una vida muy capricorniana la de Joan I. Así es. Fue un rey medio olvidado por la historia, juzgado severamente por la historiografía catalan y sólo su muerte temprana, en una cacería en Foixà (cerca de Girona el 19 de mayo de 1396) y su aparición literaria en Lo Somni de Bernat Metge le han rodeado de una auróla trágica que lo absuelve parcialmente de sus "pecados" como rey caprichoso y descuidado.  El historiador Rafael Tasis habla de su corte como fastuosa y miserable, se respiran en ella los efluvios de una dulce decadencia. Ese Sol capricorniano está mal aspectado por dos planetas maléficos, como són Saturno y Plutón, que estan en conjunción y que denotan su nacimiento en ese momento de crisis en pleno bajo medioevo: la época de la Peste Negra, las malas cosechas y las terribles guerras que asolaron Europa, como la conocida Guerra de los Cien Años, que estaba entonces en pleno apogeo. Joan I fue un rey con una salud delicada, sufrió varias enfermedades y tubo dos severos achaques de lo que pudo ser un ataque cerebral, el primero en iniciar su breve reinado, en 1387, y el segundo el que probablemente acabó con su vida en 1396, cuando cayó fulminado del caballo en una cacería, una muerte que llegó a generar todo tipo de habladurías y leyendas imposibles, como la que achaca a la visión de una gran y terrible loba su repentina muerte. Una muerte que coincidió con otra conjunción de Plutón, esta vez con Neptuno, y que conicidio con el Humanismo. Como escribe brillantemente Richard Tarnas en Cosmos y Psique (Ed. Atalanta) estas conjunciones de planetas sociales y transpersonales coinciden con las grandes crisis y renacimientos de la Humanidad. En este caso Saturno, el viejo orden, sacudido por las luchas por el poder (las nuevas dinastías, algunas de origen bastardo como los Trastámara en Castilla) y los ciclos destructores de Plutón, señor del Inframundo y de los grandes cambios. 

Firma de Joan I
En su carta vemos dos conjunciones más: la de Luna y Venus y otra de Neptuno y Marte, ambas en sextil la una con la otra. Ambas óbviamente pueden relacionarse con su afición a la música, el arte, el esoterismo y los animales fantásticos y legendarios. Joan quería vivir la Edad Media de los libros, no la política real que estaba más cerca del Renacimiento que de las leyendas altomedievales. Joan fue un hombre entre dos mundos, el interno y el externo, la Edad Media plena y el Humanismo. El alma medieval era mágica y no fáustica. Y Joan queria vivir en la magia medieval de Dante y no en la aburrida tarea de despacho y gestión polítca, a la que su padre dedicó su vida. Quizás Joan huyó de esa sombra paterna tan alargada. El fin de la dinastía catalana está marcado por grandes desgracias, y muchas muertes de niños prematuramente, crisis y roturas bancarias, caídas de casas nobiliarias antíquíssimas y el surgimiento de una nueva clase social ascendente: la burgesia. Fue un tiempo muy difícil y el resquebrajamiento del orden feudal. El triunfo de dinastías como la Trastámara en el Compromiso de Caspe obedece a la nueva estructura socioeconómica. 

Conjunción Luna-Venus en Sagitario: persona afable, cariñosa, orientada a la família, las artes. Naturaleza sociable hipersensible, buscadora de la paz a qualquier precio, busca agradar a sus semejantes. Estimula la cortesía y el gusto por el arte. Teniendo en cuenta el apodo de "Aimador de la gentilesa" (amador de la gentileza) que la historiografía ha dado al rey Joan I vemos como esa subpersonalidad fue dominante en su carta, más que ninguna otra quizás. Está opuesta al Nodo Lunar Norte o cabeza de dragón en Géminis, así que esa conjunción esta conjunta al nodo lunar sur, lo que debemos dejar atrás. Así pues, esta conjunción le dio un excesivo apego emocional al pasado y le dificultó ir hacia el conocimiento más pragmático de Géminis y el severo Sol de Capricornio. 

Respecto a la conjunción Marte-Neptuno vemos lo que dice el astrólogo Segundo Ruiz y que a grandes rasgos encaja con gran parte de lo que los historiadores modernos consideran el balance general de un breve y descuidado reinado en la atmósfera de una dulce decadencia entre banquetes y acordes musicales, rodeado de astrólogos y esa fascinación por animales y bestias fantásticas:

La influencia de Marte transforma al espiritual y sensible Neptuno en un templario o un caballero andante. Y el nativo se identifica con los héroes legendarios o con el justiciero don Quijote, lanza enristre. Son visionarios que luchan por transformar sus sueños en realidad, personas que desean luchar y trabajar para ayudar a sus semejantes, a los marginados y desprotegidos, para salvarlos y redimirlos, ya que se identifican con ellos. En otros casos, ellos mismos serán quienes se sientan víctimas de injustas agresiones de la vida o de otras personas. También por la vinculación de Neptuno con el mar, lo vemos en marineros y en personas que luchan en la armada. Marte es un planeta guerrero, mientras que Neptuno potencia la intuición genial. 

   Quienes nacen bajo esta combinación tienen un carácter romántico y a menudo una fuerte inclinación espiritual. La actividad o la lucha tienden a dirigirse hacia asuntos poco prácticos o poco mundanos. El hombre con este contacto luchará por asemejarse a un determinado ideal masculino, y la mujer buscará un homre que personifique ese ideal. Pero si la unión de estos planetas se da en individuos inferiores y aemás recibe malos aspectos, estos sujetos pueden seguir un  mal camino o dejarse arrastrar por los más sórdidos instintos y pasiones; pueden caer en la bebida o en la droga, vivir una existencia marginal o terminar en la cárcel. También existe el peligro de que adopten un comportamiento sadomasoquista, atrayéndose de forma inconsciente sus propias tribulaciones. 

   Estas personas están llenas de proyectos, pero a veces quieren abarcar tanto, que finalmente se dispersan. Idealizan la fuerza y los valores masculinos y tratan de ofrecer ante los demás esa imágen, pero en realidad son personas en extremo sensibles, humanas y bondadosas, y su verdadera fuerza reside precisamente en esos valores que tratan de esconder o de los que querría renegar. Son también gente que tiene idealizado en alto grado el amor y la sexualidad, a la que conceden un carácter místico.

Foixà, donde murió Joan I durante una
cacería, parece que víctima
de una trombosis súbita
Después de observar su carta natal parece que pesaron en él más las otras subpersonalidades que el destino solar, al que quizás faltó tiempo y suerte para desarrollar en su vida.  En el fondo Joan I nos despierta la más honda empatía pues fue un hombre doliente, supersticioso, generoso y atormentado en su fuero interno que pasó su vida como buenamente pudo. No estaba hecho para ser rey, ni física ni mentalmente, en un tiempo tan crítico y tras un reinado tan convulso como el de su belicoso padre, un hombre con quién tubo fuertes disputas, y con cuya sinastría hay numerosas cuadraturas y opsiciones. Incluso en lo astrológico ambos tenían concepciones distintas: Pere III era más virginiano y Joan pisciano y neptuniano. A pesar de su signo solar de tierra era un hombre de talante oscurantista que creía en todo tipo de maldiciones y burjerías. Es conocida la disputa que ambos tuvieron por el caso de una mujer valenciana a la que Joan I acusaba de haber matado a una distancia de más de 500 kilómetros a su pretendienta, Joana de Valois. Pere III era un rey cuyo uso de la astronomía y astrología era un añadido a una política militar expansiva y centrada en las tareas de gobierno. De hecho su carta encaja mucho con su signo Virgo: ordenado, constructor, perfeccionista hasta el detalle, y protector de su entorno más cercano, especialmente con su hija Constança. Pere III fue un rey de hierro, vengativo y colérico, pero la época se lo pedía. Pero ya hablaremos de su carta más adelante.







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